Viana ofrece la posibilidad de visitar una casa nobiliaria vivida y descubrir una evolución de estilos arquitectónicos, artes decorativas y ambientes relacionados con la aristocracia. Adentrarse en su interior es una invitación para transportarse a otras épocas, conocer la evolución en sus formas de vida, en sus gustos y en el importante papel que ejercieron estas élites de poder a lo largo de la historia. Sus costumbres y gustos estéticos quedan reflejados en las magníficas colecciones artísticas del palacio: cueros y guadamecíes, azulejos heráldicos, arcabuces reales, tapices, pinturas, porcelanas, muebles de diversos estilos, piezas arqueológicas…
La visita se completa con uno de sus principales atractivos: los doce patios y el jardín, cada uno con una marcada personalidad que enriquece el paseo con los más variados sonidos, tonalidades y aromas. El interior de la vivienda y sus patios se integran a la perfección, confiriendo al palacio una original armonía. El protagonismo de los patios ofrece la posibilidad de disfrutar de un entorno cambiante, proporcionando visiones y sensaciones distintas, en función de los distintos momentos del día y de la estación del año en que se visite.
Continuando con la pintura, nos adentramos ahora en dos pequeñas salas que hasta mediados del siglo pasado eran utilizadas como vivienda del administrador. La primera de ellas es la SALA BRUEGHEL, donde descubrimos pintura flamenca del siglo XVII realizada sobre láminas de cobre, de los talleres de Jan Brueghel de Velours y Jan Brueghel el Joven. Se representan alegorías a los sentidos, así como una alegoría de la guerra y una representación del paraíso terrenal. En la sala adyacente, la SALA DUQUE DE RIVAS, vemos pintura española romántica, la mayoría de ellas obras del padre del primer marqués de Viana, don Angel de Saavedra, que se nos muestra aquí en una de sus facetas menos conocidas, la de pintor. Entre las obras destaca su “Autorretrato”, de 1824.
El patio, heredero de la tradición romana y árabe, tiene en Viana su más amplia representación histórica: desde el patio de vecinos de origen medieval, ejemplo de arquitectura popular, a los patios renacentistas como símbolos de poderío y linaje.
Palacios hay muchos, pero ninguno como Viana en Córdoba. Porque en Viana, tras las sobrias paredes blancas, apenas salpicadas de espacios abiertos que nos dejan adivinar el interior, se concreta, como en ningún otro edificio de Córdoba y Andalucía, la delicia de los patios, esos espacios hechos de aire en los que la arquitectura se pone al servicio del jardín; donde se rinde un homenaje a las plantas, a las flores, a la luz y el agua. En los patios del Palacio de Viana de Córdoba, el arte sale del marco o el pedestal para materializarse en la experiencia sencilla y asequible de oler, ver y sentir lo vivo.
En el Palacio de Viana podemos hacer un recorrido histórico y sensorial de los patios cordobeses sin salir del mismo edificio.
Cinco siglos de historia conforman Viana. Cinco siglos donde los patios han sido siempre los protagonistas de este edificio de Córdoba que ha ido creciendo de forma casi orgánica, fruto de ampliaciones y reformas a través del tiempo. Una casa viva habitada hasta finales del siglo XX por familias nobles y, sin embargo, de gran sabor popular. El patio cordobés, heredero de la tradición romana y árabe, tiene en Viana su más amplia representación histórica.
Desde el patio de vecinos de origen medieval, el Patio de los Gatos; a los patios renacentistas símbolos de poderío y linaje, como el Patio de Recibo y el Patio de las Rejas; el representante del barroco cordobés en el Patio del Archivo; el refinamiento del jardín romántico en el Patio de la Madama y el Jardín de Viana; los patios de trabajo de este Palacio de Córdoba para el uso de los sirvientes en el Patio de los Jardineros, el Patio de la Alberca y el Patio del Pozo; los patios para la mera contemplación, como el sigiloso Patio de la Capilla; los herederos del jardín-huerto árabe en el Patio de los Naranjos; los que se dejan ver al exterior, como el Patio de la Cancela; y el habilitado para los usos de un nuevo siglo, el Patio de las Columnas.
Queremos con esta valoración estar más cerca de tí y mejorar aún más tu experiencia de visita.